Texto: "La envidia es carcoma
de los huesos" (Proverbios 14:30)
Nuestro texto dice que la envidia no solo es un pecado, sino también un
tormento: "Es carcoma de los huesos". El hombre envidioso es
empobrecido por las riquezas del otro, y atormentado por la felicidad ajena.
Un autor de novelas relataba que en cierta ocasión se había encontrado una
serpiente en el corazón del cadáver de una mujer. Pero el envidioso tiene una
culebra en su pecho, que lo atormenta continuamente mientras está vivo. De
todos los espíritus que suelen tomar el corazón humano este es uno de los más
torturante, corroe y agobia el alma de quien le tome posesión. Su perjuicio no
es como las caries o una inflamación de la piel, sino que se mete mucho más
profundo, trabaja arruinando, tal como la carcoma, que no se ve hasta que ya no
hay remedio. La envidia actúa contra los huesos, entiéndase que destruye
internamente.