Meditación Diaria

Meditacion del 19 de Marzo

Texto: “Entonces mi alma se alegrará en Jehová; Se regocijará en su salvación” (Salmos 35:9).

 
Pregunta: ¿Por que el salmista dice en su salvación, acaso no es eso un don, o que no es Su Persona? ¿No se estaría alegrando más en el don que el Dador de  los dones? La respuesta es que el salmista está diciendo, no sólo que su alma se goza en el Señor, sino también en la forma de relación que hay entre Dios y él, que se expresa en puro amor, ya que se trata de la salvación. Pablo lo dice con estas palabras: “Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Ro.5:8). La salvación es la más excelente muestra del amor de Dios. Los dones temporales afectan más lo carnal del individuo, pero no tanto el alma creyente. Tener sentido del amor de Dios con los dones, no es malo, pero gozarse más en los nones que en la Persona de Cristo es desamor o pecado. De ahí la reprensión a los apóstoles.

 

En otro lugar el apóstol Pablo lo dice así :  “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Ro.15:13). La petición tiene como objeto hacerlos abundar en esperanza, y la esperanza no es otra que estar con Cristo por siempre. Allí no se necesitarán dones espirituales, ni dinero, ni honra, ni deleites temporales, tendremos todo lo que un alma inmortal necesita y nada más, la llenura del Espíritu de Dios, o vivir en la Presencia del Señor. Entonces podemos inferir del verso: Que el gozo Cristiano es disfrutar de un claro sentido del amor de Dios en Cristo. Es agasajar nuestra imaginación con pensamientos de la vida eterna, o que Cristo es nuestro por siempre. Este gozo sólo Dios puede darlo, o que el gozo es un acto de amor. El marido manifiesta amor a la esposa, ella se goza y responde con amor.

 
Hay aquello como el gozo del honor, la persona se alegra en ser apreciado por sus semejantes. El gozo del dinero, o que al adquirir fortuna la persona se alegra. Hay además el gozo del placer, cuando alguno entra en un deleite, experimenta alegría. El gozo que refiere el salmista, no es ninguno de esos, sino que pide el gozo de Dios, o de Cristo: “Mi alma se alegrará en Jehová”.

 

Amén.

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