Meditación Diaria

Meditación del 25 de enero

Texto: “Porque esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación” (1 Tesalonicenses 4:3).

Lo que debes procurar para ti y para otros debe ser la santidad de vida, mas que la felicidad temporal. En Jn. 17 Jesús oro para que los Suyos sean guardados, no tanto del peligro del mundo, sino más bien del mal, y luego pide por santificación. Y así mismo debes orar por otros en la comunión del Espíritu y como un impulso de la naturaleza divina que hay en ti.


De esto se desprende entonces, que las bendiciones materiales deben ser deseadas cuando tengan como fin o propósito un bien espiritual. Lo natural tiene también derecho de hablar y pedir, pero los pedidos de la Gracia deben ser atendidos primero: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mat.6:33). Por tanto, será tu sabiduría y bienestar, el no dar tregua en presionar tu corazón para que se abstenga del pecado. En esto debemos ser cuidadosos, porque la religión de los fariseos se basa mas en negativas que en hacer el bien, aunque hay un poner y un quitar: “Con respecto a vuestra antigua manera de vivir, despojaos del viejo hombre que esta viciado por los deseos engañosos, pero renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Dios en justicia y santidad de verdad” (Efe.4:22-24).


Por cierto es una cuestión si la vida de un Cristiano debe gastarse mas en mortificación o vivificación; o si mas en evitar el pecado o en hacer los deberes. De cierto que nuestra naturaleza se goza mas en hacer lo bueno que en las negaciones. Pero también los diez mandamientos tienen solo dos preceptos positivos, el cuarto y el quinto, y los demás negativos. Quizás porque el pecado perturba mas la razón que la carencia de Gracia. Los moralistas, aun cuando hacen mucho bien natural o social no tienen comunión con Dios. Se debe, pues, presionar el alma para abstenerse del pecado, porque un instrumento como la guitarra dejado a si mismo se desafinara y no podrá ejecutar la melodía, pero si esta afinado es mas fácil tocarlo. Absteniéndonos del pecado estaremos en condiciones de ser usados por Dios en cualquier tiempo. Si la comunión con Dios no es constante, entonces el corazón se oxida; téngase en cuenta que la comunión se corta con el pecado, más que por la carencia de Gracia: “He aquí que la mano de Jehová no se ha acortado para salvar, ni su oído se ha ensordecido para oír. Vuestras iniquidades son las que hacen separación entre vosotros y vuestro Dios. Vuestros pecados han hecho que su rostro se oculte de vosotros para no escuchar” (Isa.59:1-2); la frialdad en los deberes y el pecado nos hace inadecuados para el Señor, pero el pecado aun mas. Presiona, pues, tu corazón para que se abstenga del pecado.


Hermano amado, no te sientas satisfecho con ningún grado de Gracia. En el Cristianismo hay eso como una codicia santa. El apóstol lo dice así: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que esta por delante, prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil.3:13-14); Cristo es tan lleno que no podemos recibirlo todo de una vez, ni tampoco tenemos vasijas suficientes para retener todo Su aceite.


Será algo ajeno a un santo creerse ser bueno suficiente. Por tanto, hagamos uso de los medios de Gracia para crecer en santidad; especialmente la oración, lo cual es el medio señalado por Dios para mantenernos encendidos. Eso es tanto así, que al referir la apostasía de los últimos días el Señor hablando en un contexto sobre la necesidad de orar y no desmayar, termina Sus palabras así: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallara fe en la tierra? " (Luc.18:8). Esto es, que la oración es el canal de llevar nuestros santos deseos a Dios.  

 

Amen.

Buscar Meditaciones

Fecha: