Texto: “Entonces
mi alma se alegrará en Jehová; Se regocijará en su salvación” (Salmos 35:9).
Pregunta: ¿Por que el salmista dice en su salvación, acaso no es eso un
don, o que no es Su Persona? ¿No se estaría alegrando más en el don que el
Dador de los dones? La respuesta es que el salmista está diciendo, no
sólo que su alma se goza en el Señor, sino también en la forma de relación que
hay entre Dios y él, que se expresa en puro amor, ya que se trata de la
salvación. Pablo lo dice con estas palabras: “Más Dios muestra su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Ro.5:8). La
salvación es la más excelente muestra del amor de Dios. Los dones temporales
afectan más lo carnal del individuo, pero no tanto el alma creyente. Tener
sentido del amor de Dios con los dones, no es malo, pero gozarse más en los
nones que en la Persona de Cristo es desamor o pecado. De ahí la reprensión a
los apóstoles.
En otro lugar el apóstol Pablo
lo dice así : “Y el Dios de esperanza os llene
de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del
Espíritu Santo” (Ro.15:13). La petición tiene como objeto hacerlos abundar en
esperanza, y la esperanza no es otra que estar con Cristo por siempre. Allí no
se necesitarán dones espirituales, ni dinero, ni honra, ni deleites temporales,
tendremos todo lo que un alma inmortal necesita y nada más, la llenura del
Espíritu de Dios, o vivir en la Presencia del Señor. Entonces podemos inferir
del verso: Que el gozo Cristiano es disfrutar de un claro sentido del amor de
Dios en Cristo. Es agasajar nuestra imaginación con pensamientos de la vida
eterna, o que Cristo es nuestro por siempre. Este gozo sólo Dios puede darlo, o
que el gozo es un acto de amor. El marido manifiesta amor a la esposa, ella se
goza y responde con amor.
Hay aquello como el gozo del honor, la persona se alegra en ser apreciado por
sus semejantes. El gozo del dinero, o que al adquirir fortuna la persona se
alegra. Hay además el gozo del placer, cuando alguno entra en un deleite,
experimenta alegría. El gozo que refiere el salmista, no es ninguno de esos,
sino que pide el gozo de Dios, o de Cristo: “Mi alma se alegrará en Jehová”.
Amén.