Meditación Diaria

Meditación del 1 de diciembre

Texto: “Al oír esto Herodes, dijo: Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos” (Mar.6:16)


La Biblia enseña que dentro de cada ser humano hay un espía de parte de la conciencia o éste espía le habla a Herodes en contra de lo que hizo. Le dijo que había sido cruel y de injusta violencia contra un hombre inocente; y ahora él piensa que el fantasma de Juan el Bautista lo está persiguiendo. Juan sólo le había reprendido, no había hecho milagros, pero Herodes piensa que vino del otro mundo con grandes poderes. El miedo se apoderó del rey. Si Juan podía darse vida a si mismo después de muerto, de seguro que puede quitarle la de Herodes. Lo más probable pensó: No tengo escapatoria, ahora el profeta es inmortal, y puede tomar venganza contra mí.

 

Cuando un malvado ha cometido asesinato, no necesita otro torturador que su propia conciencia. El podía hacer fiestas, dar brinco, francachela en francachela, pero su pecado vendría como caminante invisible, iría con el donde quiera que fuese. En medio de disfrutes le amargaría, se le esfumaría el gozo como vapor de agua. Mientras más culpable sea la conciencia más difícil le será al hombre retener la alegría. Uno se pregunta ¿cómo supieron los apóstoles esta historia si no estaban allí cuando Herodes lo dijo? Porque las angustias del rey fueron tan fuerte que llego a ser de conocimiento público, el tormento de su conciencia por “Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino” (Pro.1:27).

La causa del encarcelamiento de Juan el Bautista y su posterior ejecución fueron por esta causa: Que le dijo a un pecador de su mal proceder, o que habló en nombre de Dios. Juan fue muy despreciado, hasta la muerte, pero muy glorificado, lo que Cristo dijo de El no lo ha dicho de otro profeta. La aplicación a ti como Creyente es esta: Que son muy consoladores y gloriosos los sufrimientos en el camino del deber Cristiano. Dicho de otro modo, que cuando vengan a ti desprecios, burlas o injurias por ser cristiano, gózate, santos mayores ya lo sufrieron peor. En tal caso estarías siguiendo la senda que ellos empezaron hace siglos, que eres uno más de los embajadores de Cristo en cadenas. El buen ejemplo de Juan refuerce tu paciencia. Sabiendo esto, que para formar el carácter de hombre bueno, justo y fiel,
es necesario estar mucho en aflicción y duro trabajo del alma.

 

Amen.

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