Texto: “Aquí está la paciencia y la fe
de los santos” (Apocalipsis 13:10).
Todavía hemos de seguir esperando en el Señor, y El en su buena voluntad abrirá
Su mano y llenará la tuya con abundancia. Por el momento debes ser penitente y
paciente, confiando en Su misericordia, y de seguro que más temprano que tarde
tendrás abundante razones para llenar tu boca de alabanzas y acciones de
gracias. Tu final será de paz y consuelo en Cristo Jesús. Por favor, pon
atención a lo que el Señor te mandó a decir conmigo: “Porque habéis muerto, y
tu vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, tu vida, se
manifieste, entonces tú también serás manifestados con él en gloria”
(Col.3:3-4). Por una eternidad sin final Sus consolaciones alegrarán tu alma.
La gracia real hace al creyente sensible de su debilidad, y quien la posee dice
que no hay otro cristiano tan débil como él, que consciente de eso es movido a
esperar pacientemente en el Dios de la promesa. Como está escrito: “Aquí está
la paciencia y la fe de los santos.” Comentado sobre el trabajo de la Gracia de
Dios alguien ha dicho: Suponte que viene a tu casa una educada señora o una
reina con finos modales, aún cuando no la veas con tus ojos, si oyes la manera
refinada de hablar sabrá que esa distinguida dama está aún allí, y la Gracia es
como una gran reina, aunque no se vea muy claro, por lo menos ciertos reflejos
de su brillo se verán, sabrá que está ahí, la manera en que se ha hablado al
respecto debe ser guía suficiente para no estar desanimado o deprimido porque
su Gracia es débil, porque aún siendo pequeña es la elegancia o los modales de
un Rey, el Único Dios Soberano. Así que, sea tu oración y deseo que la verdad
de Cristo te capacite a decir en tu propia experiencia como el salmista: “En la
multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi
alma”.
Amén.