Texto;
"¡Quién como Jehová nuestro Dios! El que mora en lo alto y se humilla para
mirar en el cielo y en la tierra. Levanta del polvo al pobre, y al necesitado
enaltece desde la basura" (Sal.113:5-7).
Este hombre vio que lo había perdido todo, pues por el pecado se pierde a Dios,
y se pierde todo, por ello se vio pobre y necesitado, y a esos es que Dios
promete condescendencia. Esos son los humildes, a ellos Dios desciende de los
Cielos y los atiende.
Es terrible aflicción que Dios no oiga las oraciones de Sus hijos, pero ese no
es el caso, sino que en esto El mismo Señor nos ha proporcionado el mayor
consuelo a los Creyentes de este lado del cielo, que ellos tienen un Trono de
Gracia con promesa de ser oídos y atendidos. El mismo los castigaría, ellos se
humillarían, y Su placer es atender sus oraciones. Comentado sobre estas
oraciones, Calvino dice: “La respuesta a nuestras
oraciones es asegurado por el hecho, que en cierto sentido si Dios la
despreciara estaría negando Su propia naturaleza.