Texto: “Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del
que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le
dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan 11:39-40)
Cuando el Creyente y el ser humano en general están pasando por una situación
adversa, lo natural es apartarse de Dios, y esto se deja ver en que se espera
de las criaturas favores que sólo pueden ser hechos por el poder de Dios. Y
esta debilidad es una de las razones por lo cual el Señor envía aflicciones a
nuestras vidas, para curarnos de imaginar cosas irreales. Entonces nos
molestamos, y peor aun pensamos que es correcto enfadarnos. Concluimos que
tales pruebas son contra nuestra felicidad, pero en tales tratos Dios tiene
otros planes. El llevará nuestras almas a que renuncien a confiar en la
criaturas, y allí estaremos hasta que tengamos la convicción que el brazo de
los hombres es débil e infiel.