Texto: "Porque nuestra
gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y
sinceridad de Dios, nos hemos conducido en el mundo" (1 Corintios 1:12).
Esto es, que recibiremos cierto grado de consuelo y deleite después de toda
buena acción. Las buenas obras paren frutos de dulzor y deleite espiritual que
nutren el alma. Fuimos creados para encontrar satisfacción en lo superior no en
lo inferior, siendo así, sólo encontrarás satisfacción en su servicio Dios. El
paraguas cubre la cabeza, el calzado no. El deleite como todas las cosas tienen
un orden propio, nos deleitamos en lo que sea por encima de uno. Decimos esto y
suena razonable, más aun, se trata de una promesa divina: “El hombre de bien
estará contento de su camino… Decid al justo que le irá bien, porque comerá de
los frutos de sus manos” (Pro.14:14; Isa.3:10). Note el tiempo futuro de la
promesa, que el Señor ha prometido darte deleite en el camino y al final.