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Nuestro Blog

¿Soy Evangélico o Soy Legalista?
Los herbívoros comen hierbas; los carnívoros, carne; los Evangélicos comen evangelio y los Legalistas comen leyes o reglas religiosas. Hay, pues, una gran diferencia en la lucha espiritual contra el pecado entre el Evangélico y el Legalista. Dicho de otra manera, que uno y otro difieren en los principios espirituales de donde proceden.

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La Cremación del Cuerpo
Este tema sobre la quema del cadáver humano está cobrando presencia en la mente del público; nos referimos a la sustitución de la quema por el entierro; cubrir el cuerpo muerto con fuego, en lugar de tierra. La reducción de las cenizas a las cenizas, en lugar de polvo al polvo.Leer Mas

La Teoría de la Evolución fue Profetizada
Hoy somos testigos del surgimiento de una extendida difusión de ateísmo y superstición religiosa. Estos males, entre ellos la teoría de la Evolución, fueron profetizados hace más de dos mil años. La elite intelectual del mundo ha hecho causa común de este ateísmo.Leer Mas

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Expositor: Juan José Pérez

Sermón: la duda de Juan y la vindicación de Jesús

Descripción:

Expositor: Juan José Pérez

Sermón: Jesús y el valor de la mujer

Descripción:

Expositor: Juan José Pérez

Sermón: Cómo ser libres de la culpa

Descripción:

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Meditación del 22 de Octubre

Texto: "Porque se os ha concedido a vosotros, a causa de Cristo, no solamente el privilegio de creer en él, sino también el de sufrir por su causa” (Filipenses 1:29).

 
El desánimo o depresión espiritual hace que las aflicciones y sufrimientos duren en uno más de lo normal, y esto, porque la impaciencia hace que el enfermo vea al médico como un hombre cruel; o que mientras más grita un niño bajo la vara, más duelen los azotes.

  
Pero si consideramos y aplicamos al corazón lo que son las aflicciones de los Creyentes, entonces el mal de la depresión se disminuye, cuando no desaparece. De modo que, es muy conveniente mirar en detalle aquello de las aflicciones de los santos. El Nuevo Testamento enseña que ellas fueron compradas por el Señor Jesucristo para los suyos: "Así que nadie se gloríe en los hombres; pues todo es vuestro, sea Pablo, sea Apolos, sea Pedro, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo porvenir, todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios" (1Co.3:21-23). Nótese que Pablo dice que la muerte, el rey del miedo y de las angustias, es aquí citado como uno de los bienes que Cristo compró en Su sacrificio, y lo compró para usted y se lo dejó a usted. Si la muerte es suya, todas las aflicciones que son hijas de ella, también son suyas, y uno se pregunta: ¿Quien va a tener miedo de lo que es de su propiedad?

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