Texto: "Verá el fruto de la aflicción de su alma, y
quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y
llevará las iniquidades de ellos." (Isaías 53:10)
De este verso se infiere la extrema maldad del pecado.
Ve usted que no es un asunto fácil reconciliar los pecadores con Dios; costó a
Cristo un mar de dolores y aflicciones, el terrible peso de la ira del Creador
con todas sus fuerzas sobre El. Nosotros somos excesivamente descuidados con la
salvación de nuestras almas, pero para Cristo fue algo muy difícil, duro y
doloroso salvarnos de la culpa, dominio y castigo del pecado, y llevarnos a
tener comunión con Dios. Aquellos que pecan con facilidad en sus pensamientos y
en sus obras, es porque tienen un bajo concepto del valor del sacrifico de
Jesucristo: “¿Cuanto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al
Hijo de Dios y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue
santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” (Heb.12:29).
Cuando tiene como cosa ligera el pecar está diciendo con sus hechos que
pertenece a este grupo de corazones duros y malos. ¿Perteneces tú a ese grupo?