Texto: “… María
su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando
ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo
primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había
lugar para ellos en el mesón” (Lucas 2:7).
Llegó el momento del parto, rápidamente hay que buscar donde acostar la mujer y
traer a luz el niño. Y esto sucedió, quien vino a salvar los hombres, es
enviado en su primer acostada a echarlo con los animales:” Lo acostó en un
pesebre”. Su hotel fue un pesebre y su cama un montón de paja, esa fue la
extraña cuna del Rey de reyes. Santificó la pobreza, o que no debemos quejarnos
cuando Dios nos llame a un condición donde tengamos necesidades temporales. Si
consideramos debidamente este humilde ejemplo no debiera haber nada que nos
produzca descontento