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Nuestro Blog

¿Qué es la Sana Doctrina?
La sana doctrina, como su nombre indica, es: la sana enseñanza evangélica que sana el alma. Sana doctrina o doctrina que sana del pecado, porque nuestro Salvador no vino a hacer milagros u otras cosas portentosas per se, sino a salvar pecadores. Más aún, el mandato apostólico es que a medida que se acerque el fin del mundo, y la apostasía crezca, la principal labor de la Iglesia del Señor Jesús no son las actividades, sino aumentar la predicación de la sana doctrina. Así se lo hace saber Pablo a su discípulo: “Predica la palabra. Insiste a tiempo y fuera de tiempo. Amonesta, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción” (2 Tim. 4:2), esto es, si hay mucha iniquidad en la naciones, entonces que abunde la sana doctrina de nuestra parte, porque ella es la doctrina que sana del pecado.  Dios ha dado un único remedio para sanar el alma, la sana doctrina.Leer Mas

¿Puedo Mudarme de Iglesia?
Son dos los requisitos para ser miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo; notémoslo: “Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como 3,000 almas” (Hch. 2:41). En este verso se puede ver con claridad dos requisitos: fe y bautismo.Leer Mas

¿Puede un Cristiano jugar la Loto?
Las Escrituras hablan de pecados visibles y pecados secretos, los secretos son en dos aspectos; por un lado, cuando se cometen en oculto del ojo del prójimo, excepto quien los hace, y por el otro, cuando ciertas actividades con apariencia de inocencia se convierten en pecado por una mala motivación.Leer Mas

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Expositor: Juan José Pérez

Sermón: El valle donde la Gloria se prueba

Descripción:

Expositor: Amiris Beato

Sermón: Dios terminará la salvación que inició

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Expositor: Hans Olivares

Sermón: Una celebración integra

Descripción:

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Meditación del 17 de diciembre

Texto: "Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aun, para que el amor con que me has amado este en ellos, y yo en ellos" (Juan 17:26).

 
Llama nuestra atención que el versículo no dice para que ellos tengan perdón, justificación, Gracia o consuelos, sino el amor, de donde se infiere, que el amor de Dios en Cristo es la base de todos los otros favores que el Creyente puede recibir.

  
Nosotros somos amados en santidad, amados en perdón, amados en Gracia, en todo somos amados. Veamos varios textos para probarlo: "Cristo amo a la iglesia y se entrego a si mismo por ella, a fin de santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua con la palabra... Al que nos ama y nos libro de nuestros pecados con su sangre... Y el mismo Señor nuestro Jesucristo, y nuestro Padre Dios quien nos amo y por Gracia nos dio eterno consuelo y buena esperanza" (Efe.5:25; Apoc.1:5; 2Tes.2:16); nuestra santidad, el perdón y el consuelo no son causa para que Dios nos ame, sino que son frutos de Su amor a nosotros. Para eso no necesitamos las criaturas, ni la naturaleza, ni las reglas de moralidad, ni merito alguno, sino que Dios nos ame, y los frutos de seguro estarán. Pero además, no solo estarán en nosotros los frutos y beneficios, sino también el mismo amor de Dios: "Mirad cuan grande amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios" (1Jn.3:1); esto es, que tenemos bendición de las manos y del mismo corazón de Dios, el amor nace del corazón.

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