
Texto:
“Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa,
muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija
menguó,
conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías” (1 Reyes 17:15-16).
La confianza de la viuda en Dios es puesta en operación: Ella cocinó primero
para Elías y luego para ella. No se quejó que el bocado de su estomago se fuera
primero a otra boca, mientras ella pasaba hambre. No es nada nuevo que los
preceptos del Señor sean muy duros, en particular antes de que El nos visite
con una gran misericordia. Para los inteligentes y sabios de este mundo, tal
petición era no más que un abuso. Irracional para la carne, pero honroso para
Dios. Se parece a nuestro tiempo en las aulas, que los maestros ponían exámenes
difíciles, no para molestarnos, sino para promover nuestro intelecto y sabiduría
a un estado superior. Las dificultades de una obra hacen camino para la gloria
del obrador. Ahora bien, esto es irracional para el mundo, pero no nos extrañemos,
pues está escrito: “El que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos
oye” (1Jn.4:6).
Esta fue una viuda feliz, pues no cerró su generosidad al profeta de Dios. Llamo
su atención en lo maravilloso del milagro: “Y la harina de la tinaja no
escaseó, ni el aceite de la vasija menguó” (v16). Sólo en Dios se puede
aumentar la harina y el aceite a medida que se consume. Esto es lo que
literalmente se denomina un barril sin fondo. Es certísimo esto: Manos que dan
en fe, de seguro que luego reciben mucho más. La manera bíblica de obtener
abundancia es dando. Además se le dio el enorme privilegio de ver a Dios cada
vez que venía al barril a buscar harina y aceite. Fue una provisión sobre
natural y completa: Su fe era continuamente fortalecida y su estomago
satisfecho: “Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y
su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la
vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías”
(v15-16). La victoria de la fe es: Cuando el corazón es poseído por la
confianza en Dios, el Creyente no pone sus ojos ni sus pensamientos en los
medios o instrumentos, sino en Dios, para quien no hay imposible. Pregunta:
¿Qué es confiar en el Señor? Confiar en Dios es el acto de la fe mediante el
cual echamos el alma sobre Dios en Cristo, en busca de un bien que está fuera
de nuestra visión, poder o alcance. Eso hizo esta pobre viuda, y por esa fe no
le faltó nunca comida.
Nos ha tocado vivir en tiempo de mucha escasez económica, hay una gran sequía
de dinero, tu fe será probada. Para alcanzar victoria en esta providencia que
te ha tocado, lo primero es pensar como la viuda de Sarepta:
Ella se dio cuenta que las calamidades y los juicios no son para debilitar la
fe, sino la seguridad carnal. El temor Cristiano hará que tú andes con más cuidado
en aquello del pecado, que la fe en los juicios y el castigo divino es para que
cuides tu alma. Si miras atentamente como ella fue bendecida notaras que muy a
menudo hay un si condicional, y es este: "Si primero confías en Dios,
entonces te bendecirá y suplirá tus necesidades. La viuda creyó contra
esperanza. Tu tendencia será servirte primero, y luego las necesidades de tu
Iglesia. No cometas ese error, porque si lo haces empobrecerás. Nunca ofrendes
a Dios de lo que te sobra. Cuida tu fe, y y tu fe
será victoriosa.
Amen.