Meditación Diaria

Meditación del 12 de noviembre

Texto: “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?” (1Co.10:16).

 
La palabra comunión significa compartir lo que uno tiene con otro u otros. Dos personas tienen comunión entre si cuando comen del mismo plato, para citar un caso, pero también tienen afinidad o comparten deberes que son comunes a ambos.

 
De modo, que cuando el verso dice que Los creyentes han sido bautizados con Cristo en Su muerte, debemos entender que el verdadero Cristiano comparte con Cristo la muerte al pecado, que en eso tenemos comunión con El, y la expectativa de recibir Sus beneficios, al manifestar en nuestras vidas la semejanza de Su santidad.

 
En el caso que nos ocupa ahora mismo, el tener comunión con la muerte de Cristo significa dos cosas:

Texto: “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo

Primero es el privilegio de beneficiarse con su muerte, en general recibir las bendiciones y privilegios que se desprenden de Su muerte, lo cual hacemos como nuestro por medio de la fe, y segundo, también tenemos comunión con El por vía del deber, es decir que cuando hacemos Su voluntad como una expresión de amor y gratitud a El, o buscar ser como El es.

 
Los beneficios de Su muerte. Participamos de los beneficios de su muerte, cuando por la fe se nos da perdón y vida, iniciada por el Espíritu y perfeccionada en el cielo. El con su muerte quito el obstáculo que nos separaba de Dios: “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados" (Ef.1:7). Tenemos comunión en su muerte, porque todos los beneficios que Cristo ganó en la cruz, fueron traspasados a todos los que son de la fe en Jesús. La muerte de Cristo es la causa meritoria de nuestra justificación, y también de nuestra santificación.

 
Comunión en el deber. También tenemos comunión en su muerte por vía del deber, escogiendo lo que el escoge y aborreciendo lo que el aborrece; esto es, para que haya afinidad de carácter piadoso de nosotros para con El, y así como el murió por el pecado nuestro, nosotros también morimos: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi; y lo que Ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios” (GAL.2:20).

  
Ser un autentico cristiano no solo es creer en Cristo, sino que además incluye estar crucificado con El, o a lo que El fue crucificado. Esto significa que la muerte de Cristo es el patrón de nuestro deber, y alguien pregunta: ¿Cual es ese patrón? el apóstol nos da la respuesta: “Los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos"   (GAL.5:24); esto es, que crucificar la carne y sufrir por causa de la justicia o lo que es lo mismo, padecer injustamente por obediencia a Dios.

Cristo aparta su pueblo de los intereses de la vida carnal, por eso deben renunciar a todo lo del mundo que es amado para ellos, y que la Palabra de Dios no aprueba.

 

Amen.

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