Texto:
"Porque en la mucha sabiduría hay mucha frustración, y quien añade conocimiento
ánade dolor" (Eclesiastés 1:18).
Este texto nos habla de lo vano que es el conocimiento especulativo en relación
con las necesidades básicas del alma humana.
Algunos pueden conocer mucho de las cosas creadas, de las diferentes
ciencias en el saber humano, pero será seguro que mientras mas conoce, estará
mas inquieto e insatisfecho; su conocimiento será como aire al estomago que
podrá llenarlo, y atribularlo, pero no le dará satisfacción, como dice el
profeta: "¿Por que gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro
trabajo en lo que no satisface? Oídme atentamente y comed del bien, y vuestra
alma se deleitara con manjares" (Isa.55:2); y el hombre sabio es aun mas
claro: "El alma sin conocimiento no es buena" (Pro.19:2); o que el
conocimiento práctico tiene un valor inigualable.
El alimento que satisface nuestras almas debe ser de la misma naturaleza
espiritual con que fuimos hechos, pues de lo contrario y por excelente que sea,
nos llenará de temores, y finalmente nos amargará de tal modo que lo
despreciaremos, es notorio que todo lo que podemos encontrar en este mundo mas
temprano que tarde nos cansa y su posesión no nos llena; porque siendo el alma
inmortal e incorruptible en ella misma, no puede desear sino solo un bien que
vaya acorde con su propia vida. Veamos un ejemplo Felipe, quien grito con estas
palabras: "Señor, muéstranos el Padre, y nos basta" (Jun.14:8), y
David dice: "Oh Jehová, porción de mi herencia,
y mi copa, ¡tu sustentas mi destino!" (Sal.16:5).
En cambio quien camine en la senda del amor, de la fe y la obediencia
encontrara satisfacción verdadera para su alma, mire estos dos versos para
probarlo: "Los preceptos de Jehová son rectos; alegran el corazón. El
mandamiento de Jehová es puro; alumbra los ojos" (Sal.19:8), y el
proverbista lo dice aun mas claro: "Come, hijo mío, de la miel, porque es
buena; y del panal, que es dulce a tu paladar.
Así aprópiate de la sabiduría para tu alma. Si la hallas, abr un
porvenir, y tu esperanza no será frustrada" (Pro.24:13-14); cada faculta
del ser humano tiene su propio gusto, y el conocimiento práctico las satisface:
La voluntad en adherirse a Dios, la conciencia en sentir el amor de Dios; el
entendimiento en ver la verdad:
"Probad y ved que Jehová es bueno. ¡Bienaventurado el hombre que se
refugia en el!" (Sal.34:8).
Amen.