Meditación Diaria

Meditacion del 30 de Junio

Texto: “Y les respondió José: Vosotros pensasteis mal contra mi, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló y les habló al corazón." (Génesis 50:20).


Cuando seas injuriado, tal como lo fue el patriarca José, considera que puede ser la intención de la providencia que tú sufras. Es  casi siempre seguro que tus enemigos intentaran el mal contra ti, pero lo certísimo es que Dios no intenta ningún mal de aquellos quienes confían en El : "A los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan a bien" (Ro.8:28).


Pero para esto debes poner tu mente en que el triunfo nuestro es que Dios reina, ve al Señor como la causa primera de todas tus providencia y desiste de atribuirle tus males a los hombres, ármate del mismo pensamiento que tuvo David cuando fue injuriado por Simeí: "Dejadle que maldiga, pues Jehová se lo ha dicho. Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy" (2Sam.16:12).


A quien tú perdones, debes hacerle y hablarle el bien. Los espíritus heridos no solo deben ser sanados, sino también vendados, esta es la manera de perdonar a tu prójimo de todo, lo que sea menos de ahí es hipocresía, porque si retienes rencor en tu corazón no has perdonado y pretendes tomar tu mismo venganza con la presunción de ponerte en lugar de Dios para aplicar justicia sobre la tierra, hacer eso es profanar la gloria de Dios.


En cambio si eres misericordioso perdonando a tus enemigos, conocerás que los mandamientos del Señor no son gravosos y podrás cantar a coro con el salmista: "Los juicios de Jehová son verdad, todos justos y dulces mas que miel" (Sal.19:9).

 

Amen.

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