Texto: "Y Jacob pasó delante de ellos y se
inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano. Pero Esaú
corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y
lloraron" (Génesis 33:3-4).
Esaú se acercó a su hermano con amor, no con enojo. Algunos son de la mente,
que Esaú no había venido con malas intenciones y que los cuatrocientos hombres era para decirle a su hermano cuanto había progresado
materialmente.
Pero tal interpretación no puede ser racionalmente apoyada por el pasaje, ya
que Jacob era un hombre prudente para mal interpretar el reporte de sus criados
(Gn.32:5-6), y es difícil admitir que su miedo fue
infundado, pues si hubiese sido un temor sin base, entonces el Espíritu de Dios
no le habría levantado para orar como lo hizo, ni para cambiar su nombre de
Jacob por Israel, ni para decirle que había prevalecido con Dios y con los
hombres en clara alusión a Esaú. Nos inclinamos a pensar que Dios obró
milagrosamente sobre el corazón de Esaú y lo mudó de furia a ternura.
En cuanto a Jacob es tan dulce mirar aquí que, los hombres de buen corazón le
es de mucho gozo restaurar las amistades. Fue de gran alegría para Jacob volver
a reverdecer su amor y amistad a hacia su hermano Esaú con quien había tenido
serias diferencias. Los hombres pacíficos y afectuosos tienen en mucho valor a
sus amigos, dan importancia a estas relaciones y por eso ponen tanto empeño en
cultivarlas. En cambio las personas centradas en ellos mismos son indiferentes
al valor de una buena amistad, no hay que extrañarse, entonces, que a los
individuos de corazón duro les duren tan poco tiempo las amistades.
Alguien pregunta: ¿Que hacer para preservar los amigos?
* Procura no imponer tu criterio sobre tu amigo, ni atarlo a tu manera de ver
las cosas ni mucho menos de tus gustos. Notas tu, que Esaú ofreció a Jacob ir
juntos, pero el patriarca amablemente rehusó, no obstante el respeto entre
ellos fue mantenido y cada uno siguió por su camino sin ofensas del uno para el
otro.
* No olvides que los consejos y reproches son parte infaltable en una verdadera
amistad. Si tu no estas dispuesto a reprender o aconsejar a tu amigo, ni
recibirlos bien cuando vengan de el para ti, entonces ni pienses cultivar
amistad.
En cuanto a los consejos dice La Escritura: "El ungüento y el perfume
alegran el corazón, y el cordial consejo al hombre" (Pro.27:9). El olor
del buen perfume levanta el ánimo, y la buena guía del amigo estimula nuestra
voluntad hacia el camino al cielo.
El reproche es también un regalo amistoso: "Fieles son las heridas del que
ama; pero importunos los besos del que aborrece" (Pro.27:6), esto es, que
las heridas de un fiel amigo son mas testimonio de sinceridad, que las
adulaciones de un enemigo. La verdadera amistad demanda perdonar las ofensas del
otro y que también nos perdonen las nuestras.
Ciertamente que la obra de Dios siempre es perfecta. El hizo no solo que Esaú
dejara de ser un enemigo para Jacob, sino también que fuese amigo. El hueso que
había sido roto vino a ser más fuerte que antes de romperse.
Por tanto, incluye en tus oraciones pedir por el fortalecimiento y duración de
tus amistades, Dios se agrada en bendecir y restaurar
las buenas relaciones entre los hombres. Esfuerzote en ser amigo de todos y de
escoger con pinzas tus íntimos.
También debes saber, que es un deber piadoso al que estás atado, el restaurar
prontamente cualquier desavenencia con tu prójimo; y que tan pronto como esto
sea restaurado cuidarte y ser diligente en cultivarla, aunque no andes tras
ellos en sus asuntos del diario vivir. Jacob la restauro, pero rehusó seguir el
mismo camino de Esaú.
Amen.