Texto: “Y
hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido,
diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a
sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de
grande estatura” (Números 13:31).
Ellos subieron a investigar confiando en sus propias capacidades, y ahora se
muestra la verdadera motivación o la realidad de sus almas, que no confiaban en
Dios, sino en ellos mismos. Eso es idolatría: “No podremos subir contra aquel
pueblo, porque es más fuerte que nosotros.” (v31). Dios nunca les dijo que
haría esa obra con el poder de ellos, sino con el Suyo: “Y os meteré en la
tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a
Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo Jehová” (Ex.6:8). Así que, hubiese sido
mejor examinar su propia debilidad, y no investigar la fortaleza de sus
enemigos. Esa no fue no fue su tarea, sino confiar en la promesa divina. Si se
hubiesen examinado, habrían visto sus debilidades, hubieran doblados sus
rodillas en oración para mortificar el corazón incrédulo.