Valor y Poder del Buen Ejemplo


Enfóquennos como lo ensena el apóstol: “Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos? Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió” (1Co.8:10-11). Es una regla en sociología que el ignorante imitará al instruido; el pobre al rico; el sencillo al notable, y el pequeño al grande. Procuremos, pues, ser buen ejemplo de auto negación y abstinencia por causa de aquellos a quienes podemos beneficiar. Oigamos el comentario de A. Barnes:

 

“El ejemplo sumo es el Señor Jesús, que siendo rico, vivió en una manera segura y beneficiosa que todos podían imitarlo. Fue enaltecido por Dios y exaltado al más alto oficio como Redentor del mundo, aun así toda persona en cualquier rango social podía copiarlo. Tuvo todo poder y fue honrado por ángeles, fue favorable ejemplo al más humilde de los hombres. Se condujo de tal forma, que es seguro y propio para todos vivir como el vivió.” (A. B. Su Coment. De 1Co. Pág. 165).

 

Eso gobernó el corazón de Pablo en este asunto: “Si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano” (1Co.8:13). Es corriente que las verdades y manera de como habló enseñó Pablo esté con frecuencia en nuestras lenguas, pero cuan escaso es esta virtud, cuan poco es practicado el amor a Cristo y los hermanos. Muy pocos cristianos y ministros de Cristo se niegan a sí mismos en cosas legitimas que pudieran inclinar otros a pecar. No hay dudas, entre nosotros hay un egoísmo abundante e infeccioso.

 

Procuremos que nuestras acciones sean buenas o motivadas por un principio de Gracia. Con el testimonio de David tú podrás saber como comprometerte a Dios en adoración, lo primero es afirmar el espíritu: "Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto" (Salm.57:7). Haz tú lo mismo y vivirás.  Hermanos, somos favorecidos con la más alta nobleza que pueda recibir ser humano alguno, hijos del Dios Altísimo, vivamos, que otros puedan seguir nuestro andar. Amén.