Texto:
Entonces los judíos, por cuanto era la víspera de la pascua, a fin de que los
cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposos
era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les
quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí ..."
(Juan 19:31).
El relato de nuestro pasaje es único del Evangelista Juan y en el mismo se nos
Al ver la manera como los judíos manejaron todo este asunto, llama la atención,
con tristeza y espanto, que la escrupulosidad religiosa puede vivir en una
conciencia totalmente muerta o cauterizada. Porque ellos fueron muy estrictos
en ultimar a los crucificados, y al mismo tiempo ajenos de tan siquiera una
brisita de compasión; al margen de la ley divina precipitaron la muerte de
estos que colgaban en los maderos. Al leer el pasaje, parece como si en aquella
oportunidad fue el entendimiento de las autoridades religiosas en Jerusalén,
que la Ley de Dios los mandaba acelerar la muerte de los crucificados. ¿Pero
era eso lo que mandaba la Ley?







