3. La Obra De Cristo
Como ya se ha expresado, Jesús es en todo sentido la manifestación ideal y el cumplimiento de cada uno de estos oficios. Pero hay algunos aspectos de la obra de los profetas, sacerdotes y reyes que no son únicos en El. Este capítulo se concentra en aquellas obras particulares que solo se aplican a Jesús, y a través de las cuales, El ha logrado la completa salvación de Su pueblo.
3.1 Obras de la primera venida
La obra de Cristo era necesaria debido a dos cosas: Primero, las demandas de la ley, las cuales deben ser completamente obedecidas; segundo, la penalidad que la ley imputa por la desobediencia debe ser pagada. Jesús logró ambas cosas:
3.2 Obras presentes
Después de Su humillación, Jesús fue exaltado, primero siendo resucitado por el poder del Padre, luego fue ascendido a los cielos, sentado a la diestra de la majestad en las alturas y coronado como Rey de reyes y Señor de señores (Luc. 24:51; Hch. 1:9,11; Jn. 16:28; Heb. 2:6-7). Ahora a la diestra del Padre se dedica continuamente a interceder por aquellos que compró en virtud de Su sacerdocio eterno (Jn. 17:9,20; Rom. 8:34) y a administrar y gobernar a Su iglesia (Ef. 1:19-20; 4:9-12; Apoc. 1:13,16,20).
3.3 Obras de la segunda venida
Pero Jesús vendrá por segunda vez para salvar a los que le esperan (Heb. 9:28) y cuando venga, juzgará el mundo con justicia (Jn. 5:27; Hch. 10:42; 17:31; Apoc. 19:11) y reinará con absoluta autoridad y éxito, sin ninguna oposición, ya que todos Sus enemigos, aun la muerte, serán puesto bajo Sus pies (1 Cor. 15:24-26).