Un Espíritu de Estupor


Esto suele darse cuando Dios entrega el individuo a su propia obstinación, es como si estuviesen intoxicados o borrachos, no oyen a nadie, hacemos cuanto podemos y no logramos despertarlos. Todos los impíos no se encuentran en tal estado, pero caminan hacia allá; en los tiempos del fin esto será generalizado, una epidemia. Dormidos en su sensualidad y seguridad carnal.

 

El Estupor. El pasaje para analizar esa visión es: “Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento hasta el día en que Noé entró en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mat.24:37-39); leemos que la humanidad no se dio cuenta o no entendieron lo que Noé, pregonero de justicia, les anunciaba, esta falta de buen juicio se debió a que un juicio o espíritu de estupor cayó sobre ellos. En los tiempos finales sobre la tierra habrá tantos Creyentes como hubo en los días de Noé y en los de Lot cuando salió de Sodoma; esto es, que habrá muy pocos cristianos verdaderos. No habrá temor a Dios para el manejo de las cosas propias y legítimas que el Creador ha dado para disfrutarlas.

 

Habrá un adormeciendo universal sobre la tierra. Un ejemplo bíblico que ilustra esto de una manera patética: “Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas dice estas cosas: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, pero estás muerto” (Apoc.3:1); este es uno de los peores juicios que puede caer sobre un ser humano, que se crea estar bien estando mal, y en el texto que se ha citado se trata de una Iglesia que profesa ser cristiana. Dios nos ayude.

 

Así en los tiempos antes del fin del mundo la seguridad carnal y la sensualidad hundirán los hombres en ese tipo de adormecimiento espiritual. Aquí no significamos que los fornicarios, los ladrones, los sacrílegos y los borrachos están dormidos, sino que la epidemia se refiere a hombres, mujeres y jóvenes que profesan ser Cristianos, pero estarán entregados al mundo y sus deseos.